jueves, 20 de marzo de 2014

DISPERSÁNDOME

_______________________

 

No solo la personalidad y la cultura de un individuo se traslucen por su forma de escribir, sino también sus inquietudes y las vicisitudes por las que atraviesa.
Las palabras son pequeñas porciones del alma, pueden cambiar con la cultura de la época, ser bastas o refinadas; pero en el momento de unirlas, las frases que se crean muestran el espíritu de quien las escribe.
Lo que más me apasiona es escribir a vuelapluma, supongo que igual que la mayoría. Pocas veces lo hago, solo cuando tengo una historia que contar y poco tiempo para escribirla, da lo mismo que sea de un recuerdo o de una inquietud actual.

-Con este nombre nunca ganaréis unas elecciones.
-Lo sabemos, pero preferimos eso mil veces, antes que ganarlas por el nombre.
Eso le dije a un tipo que se había hartado de ICV, la versión catalana de IU. Ya llevábamos tiempo hablando del partido, un día incluso me pidió un pin para clavarlo en su mochila, pero de eso a afiliarse va un mundo. Le mostré nuestro sistema de decidir y de participar.
-Es democracia horizontal –le dije convencido
No lo entiendo
-Pues es muy sencillo, es como un veneno, -le dije recordando un comentario que había hecho días atrás -Una vez entras ya no puedes escapar. Es como el juego para el ludópata, quizá más porque pronto se das cuenta que no lo es y, sin embargo, sigue enganchado. Es poder decidir, compartir y ser uno mismo sin intermediarios que te digan cómo eres y cómo deberías ser. Es droga, la más dura que puedas encontrar.
Tardó media hora en hacerse pirata, el tiempo que necesitó para escanear su DNI y llenar el formulario.

Leí un artículo en el Face que hablaba del poliamor. Dicen que se está poniendo de moda…
La gente necesita protocolos, normas y líderes; y si le falla lo último, pues se aferra a ideas.
Poliamor… Por lo visto ahora hay que ponerle nombre a cualquier cosa, sino no te homologan.
A veces mis sueños me llevan a momentos de una sensualidad extrema, que, como en la mayoría de las personas, suelen perderse al poco; pero algunos perduran y hasta los recuerdo en muchos años. Lo que más me sorprende es que en ellos siempre coinciden Amara, Mónica y Jep, nunca Anna y Biel o Joan y Vicki.

Mi padre hace un montón de años me dijo que con los años tendría que lidiar con gente de ideas aparentemente revolucionarias, que saldrían a la palestra con haber inventado solo el huevo.
-Todo está inventado, hijo mío.
Evidentemente no le creí, o sí, quizá lo justo. Tendría dieciséis o diecisiete entonces y ya empezaba a hacer mis pinitos por el mundo hippie. Lo recuerdo porque pasaba a buscarme todas las mañanas por la plaza del Rei, donde yo alternaba con filósofos, drogatas y demás gente de poco bien.
Ahora, con eso de la Renta Básica Universal, no puedo dejar de recordar aquellos días, además de mis tiempos de comuna, pero también África, los poblados de Guinea y del subsahara. Su sistema piramidal y el de reparto de la riqueza, el puchero en el que todo el poblado come lo que hay. Y también la selva amazónica, los poblados de los indios pitos al otro lado del mundo y con el mismo sistema de puchero único. Y podría estar hablando días enteros sobre lo visto y vivido, las cosas que han ido pasando frente a mis ojos y hasta vivido en mi cuerpo.
Y ahora mismo, si mi amiga hermana amante Anna, que seguramente flirtea con balas y bombas, escuchara la teoría de la RBU, se reiría a carcajadas y me aconsejaría huir de toda esta gente.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario